En el mes en que se conmemora el Día de la Soberanía Nacional, el excombatiente Claudio Maximiliano Estigarribia narra sus experiencias y se refiere al trabajo que llevan adelante con la UNDAV para mantener viva la memoria sobre las Islas.

Claudio Maximiliano “Maxi” Estigarribia, presidente de la Asociación Civil Combatientes de Malvinas de Avellaneda, pide recordar, mantener viva la llama de la memoria, no olvidar, no hacerlo nunca. A quienes quedaron en las Islas Malvinas, custodiándolas desde la eternidad, a esos otros héroes que dieron su vida tiempo más tarde por estrés postraumático y suicidio, y a “nuestras madres más olvidadas de la historia contemporánea, las madres de Malvinas”.
Algunas fechas nos ayudan a ello, como el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas y el Día de la Afirmación de los Derechos Soberanos Argentinos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Son jornadas que nos remiten en forma directa a Malvinas. Y también lo es el Día de la Soberanía Nacional, el 20 de noviembre. Pero, lo cierto es que debería ser una actitud cotidiana, jornada a jornada, semana a semana. Memoria y justicia, de eso se trata.
Así lo entiende la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) que, desde su Secretaría de Extensión Universitaria y desde el trayecto curricular Trabajo Social Comunitario, trabaja en articulación con los excombatientes de Avellaneda. “Hay que inculcarles a los estudiantes -ya sean de primaria, secundaria o universitarios- qué es Malvinas, desde lo geopolítico y desde el ser nacional y la soberanía, sobre todo”, dice Maxi.
Tenía 18 años cuando lo sorprendió la guerra, con un mes de instrucción en la Base Aeronaval Punta Indio y otro capacitándose como auxiliar enfermero en el hospital Río Santiago, de La Plata. Quedó entre los 21 enfermeros elegidos en comisión en Puerto Belgrano (Bahía Banca) y realizó tareas en el buque -reacondicionado hospital- “Almirante Irízar”. “Terminada la tarea, pensábamos volver a Buenos Aires, pero recibimos órdenes de zarpar con el buque hacia un destino incierto. Al llegar nos informaron que eran las Islas Malvinas. Al verlas desde el helipuerto del buque, mi asombro fue tal al escuchar al capitán diciendo que se había firmado el cese de hostilidades”, narra Claudio.
El combate había terminado. O no. Comenzaba otra batalla, la de los excombatientes. “Ya finalizado el conflicto, el 14 de junio, trasladaron a la tropa al buque hospital. Allí respiramos el olor a sangre, hicimos curaciones de toda índole, bañamos a aquellos que no podían hacerlo, fuimos el mejor amigo confidente”. Maxi refiere una historia que marcaría su vida por siempre. La de un soldado argentino que le entregó una oreja, pidiéndole que la guardara cual trofeo, ya que pertenecía a un soldado inglés que había acabado con la vida de su amigo. “Era el principio del síntoma de estrés postraumático de guerra. Ya superamos los 632 Héroes Caídos en Malvinas por el suicidio”, afirma.
De allí la importancia de no olvidar. Nunca. En este sentido, Maxi detalla los trabajos que llevan a cabo: “Como institución, venimos haciendo charlas, debates, reseñas históricas, abordamos la guerra y la posguerra, la inserción en la sociedad, etcétera. La experiencia con los estudiantes universitarios a través de Trabajo Social Comunitario le da una visión más académica. El de la Universidad Nacional de Avellaneda es un ejemplo a copiar para otras instituciones”.
“¿Cómo definiría el concepto de soberanía nacional? Es el poder que posee el Estado para gobernar al pueblo a través de la Constitución Nacional. Para recuperar el ejercicio pleno de nuestra soberanía en las Islas Malvinas debe haber una continuidad en las políticas, no importa el tinte del gobierno; reclamar a través del foro internacional, aclarando la usurpación británica a través de nuestro canciller; insistir en todos los ámbitos”, enfatiza Maxi.
Claudio Maximiliano “Maxi” Estigarribia pide mantener viva la llama del recuerdo, no olvidar, no hacerlo nunca. A quienes quedaron en las Islas Malvinas, custodiándolas desde la eternidad, a esos otros héroes que dieron su vida tiempo más tarde a causa de suicidio. Por todos ellos: memoria.



Noviembre 2020 | Edición #89