Rechazo de la comunidad de Avellaneda a la apropiación de la Sede Riachuelo

A pesar de los múltiples reclamos, el Municipio de Avellaneda planea continuar con la entrega del edificio Beatriz Mendoza a los juzgados del polo judicial de Avellaneda-Lanús. El mismo estaba destinado a la UNDAV desde 2012. La ciudadanía se expresó en defensa de la educación pública.

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En 2012, la entonces presidenta de la Nación, Dra. Cristina Fernández de Kirchner,
anunció que dicho edificio estaba destinado a la UNDAV.

En el transcurso de los últimos días, estudiantes, docentes, trabajadores y trabajadoras nodocentes, autoridades, vecinos y vecinas de la ciudad, universidades nacionales de todo el país y demás figuras públicas expresaron un contundente rechazo a la apropiación de la Sede Riachuelo de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) por parte del gobierno municipal, para ser destinado a los juzgados del polo judicial de Avellaneda-Lanús.

Se trata del llamado edificio “Beatriz Mendoza”, ubicado a orillas del Riachuelo, a pocos metros del Puente Bosch, sobre el cual el 5 de diciembre de 2012 se firmó entre la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) y la Municipalidad de Avellaneda el Protocolo Complementario al Acuerdo Marco para la Coordinación de Acciones Correspondientes al Plan de Saneamiento Ambiental de la Cuenca Matanza Riachuelo, cuya cláusula primera expresa “que en dicho edificio funcionará la Facultad de Medio Ambiente de la Universidad Nacional de Avellaneda”.

“La historia en cuestión se inició en 2012 cuando la entonces Presidenta de la Nación (hoy Vicepresidenta), Dra. Cristina Fernández de Kirchner, en un acto en la ciudad de Avellaneda anunció que la Sede de la carrera de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional de Avellaneda funcionaría en el edificio actualmente denominado Beatriz Mendoza”, cuenta el vicerrector de la UNDAV y decano del Departamento de Ambiente y Turismo, Bioq. Ricardo Serra.

A partir de entonces, el trabajo en conjunto entre la UNDAV, ACUMAR y el Municipio comenzó. El edificio de tres pisos contemplaba 17 aulas para la Universidad, además de un laboratorio ambiental, un auditorio, una biblioteca, espacios para investigadores/as y oficinas administrativas del Departamento. La ACUMAR operaría en el primer piso su Red de Monitoreo de la Cuenca Matanza Riachuelo y en la planta baja funcionaría el Museo del Riachuelo, con aportes de las tres partes involucradas.

El 10 de abril de 2017 la Sede Riachuelo fue oficialmente inaugurada. Durante dicho año la UNDAV colocó el mobiliario de las aulas del segundo piso, realizó una clase inaugural, una exposición de arte, la presentación de un libro y el lanzamiento de convocatorias, entre otras actividades, además de numerosas recorridas para supervisar la puesta a punto de las instalaciones.

“A partir de 2018 todo se complicó”, relata Serra. “La Municipalidad nos ofreció pocas aulas (entre 7 y 9 aulas) y compartir las instalaciones con la Secretaría de Producción, Política Ambiental y Empleo. Finalmente, a principios de mayo de este año nos enteramos que el nuevo destino del edificio será el Polo Judicial”, expresa el vicerrector de la UNDAV. Los reiterados reclamos de la Universidad Nacional de Avellaneda nunca tuvieron respuesta.

Dado el crecimiento exponencial de la Universidad y de su estudiantado, máxime en tiempos en los que el distanciamiento social es indispensable, el edificio resulta prioritario para la UNDAV y el desarrollo de trabajos de investigación y extensión que redundan en un beneficio directo para la comunidad.

Por ello, respetando el aislamiento preventivo en el marco de la pandemia de COVID-19, la comunidad universitaria no se quedó callada. Al atropello institucional perpetrado por el gobierno municipal respondió con un abrazo virtual a la Sede Riachuelo; el Consejo Superior expresó su unánime rechazo (RESOLUCIÓN C.S. N°: 439/2020); la Mesa Interclaustro Gremial hizo lo propio con similar contundencia; el Comité Ejecutivo del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), organismo que representa a las universidades públicas de todo el país, emitió una declaración de respaldo.

Las calles fueron esta vez las redes sociales, las plataformas virtuales y los medios de comunicación; las voces se hicieron oír a través de audios y videos; el rechazo pudo leerse en cartas de protesta y comunicados. El apoyo de la ciudadanía no se hizo esperar. Las muestras de solidaridad abundaron. Todos y todas coincidían en un punto: cuando se trata de defender la educación pública y gratuita, el silencio y la inacción no son una opción.

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Septiembre 2020 | Edición #87