ANIVERSARIO UNDAV
10 años de una construcción plural

Por Antonio Hugo Caruso*
Hace algunos años -más de una década- comenzamos a pensar en la posibilidad de tener una casa de altos de estudios en nuestra ciudad que fuera con una oferta única. Si bien tenemos en Avellaneda la UBA y la UTN - FRA, nuestra idea andaba por los carriles de completar la historia irrefutable que tiene nuestro municipio respecto del desarrollo y los logros del campo de las artes, la cultura, el deporte y la producción.
Todos los grandes logros comienzan como sueños. Aunque más de uno miró con cierta incredulidad ¿Una universidad que tenga carreras de arte y cultura, deporte y producción? ¿Qué es eso? ¿Para qué? Nos ganó el entusiasmo y seguimos adelante.
Siempre he sostenido que se debe tener una mirada amplia. Hay que tener en cuenta el contexto histórico y antropológico a la hora de diseñar un proyecto pensado para la posteridad y, por sobre todo, tener la humildad de abrirse tanto a la multiplicidad de saberes como a las nuevas tecnologías que son herramientas fundamentales para crecer en aquello que nos proponemos. El hecho de trabajar en equipo, con respeto y sabiendo siempre que hay técnicos, hay intelectuales, hay trabajadores de la cultura que tienen para aportar desde los distintos pensamientos nuevas formas, metodologías y técnicas que podían enriquecer la posibilidad de llevar adelante la idea, sumó al sueño.
Corrían principios de los 90. En ese momento, con un país distante y distinto al que tenemos ahora, muchos de los que hoy estamos ya formábamos parte de la función pública. Cada uno desde su área desplegó las políticas que, en nuestro caso, fueron desde los institutos y escuelas de arte municipales al desarrollo del Programa de Descentralización Cultural, en el que llevamos talleres gratuitos a todos los barrios, hasta la puesta en marcha de los Institutos de Investigaciones Históricas, el Instituto de Letras y la Sala de Museo Combatientes de Malvinas, entre otros que tienen que ver con hacer el trabajo para el que tuve el honor de ser elegido. No obstante ello, creí que era importante trabajar para que Avellaneda tuviera una universidad.
Hemos recorrido un camino intenso. Los distintos contextos sociopolíticos fueron dando el “andar” de las carpetas que hicimos llegar a los diferentes lugares, avances y retrocesos. En primer lugar, debo destacar que el Honorable Concejo Deliberante de nuestra ciudad apoyó desde un inicio esta propuesta y le dio la bienvenida que por Expediente D2289 del HCD se dirigió a la Honorable Cámara de Diputados de la Nación a fin de expresar su adhesión a la creación de nuestra universidad. La Universidad pasó a ser una realidad en los papeles, pero aún no era algo tangible debido al trabajo administrativo que requiere este tipo de emprendimientos.
En abril de 1994, a través de la nota enviada al entonces Sr. Intendente Baldomero Álvarez de Olivera, es él quien acepta y renueva la voluntad de impulsar la creación de la Universidad, avalando dicha nota con su firma, refrendando una vez más la importancia de su existencia.
Con los cambios políticos el proyecto es acotado. Sin embargo, las charlas con la gente, las reuniones con diputados, con concejales, con senadores se continúan en un ajetreo que a veces nos dejaba agobiados.
El final de 2001 nos marca un nuevo comienzo. El país envuelto en una vorágine que parece no tener horizonte hace que la ciudadanía salga a las calles, se produzcan muertes y saqueos. Es un momento muy triste de nuestra querida Argentina que deja secuelas de miseria y hambre en los sectores más postergados.
Tiempo después, cambiaban para bien los vientos de nuestra historia. El conjunto de la sociedad debatía y elegía un nuevo presidente. Los engranajes de la producción iban poniéndose nuevamente en marcha. La mirada social se ampliaba y se dirigía a quienes realmente lo necesitaban.
Los pasos fueron dándose ya con más firmeza. Fuimos recibidos por el vicepresidente de la Nación, por senadores, diputados y ministros. El intendente actual, Ing. Jorge Ferraresi, convencido de la trascendencia y a través de la inmensa obra pública que siempre lo caracterizó, cristalizó el lugar físico que se había pensado para la Universidad. Aún no la teníamos promulgada pero ya sabíamos que ése y no cualquier otro sería el espacio donde concurrirían los jóvenes y los adultos que desearan estudiar en la Universidad Nacional de Avellaneda.
Una de las tantas tardes que tuvimos el honor de que nos visitase la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al Teatro Municipal Roma, a más de uno se nos vio con los ojos brillosos de la emoción cuando dentro del discurso anunció la creación de la universidad por la que tanto veníamos bregando. Una universidad construida desde un lejano sueño -que data del siglo pasado- gracias al acompañamiento de un equipo de “soñadores” entre los que hubo y hay, en primer lugar, una presidenta, intendentes, senadores, diputados, ministros, concejales, técnicos, especialistas, profesores, gestores culturales, trabajadores del “hacer” y funcionarios; conseguimos entre todos la realidad que hoy plasmamos en nuestra casa de altos estudios.
Anteriormente, también hubo otros proyectos que buscaron crear esta Universidad, que finalmente abre sus puertas en 2010 y que hoy cumple 10 años. Fue creada definitivamente a través de la Ley N° 26.543 con fecha del 11 de noviembre de 2009, nombrándose como Rector Organizador al Ing. Jorge Calzoni, quien luego fue designado formalmente como Rector, y que con su trabajo y empeño logró hacer crecer la universidad de manera exponencial en estudiantes -muchos de primera generación universitaria-, en carreras y calidad educativa. Es nuestro mayor deseo que esta casa de altos estudios siga creciendo con inclusión social, se desarrolle y evolucione en la comunidad educativa, como así lo viene haciendo, brindando apoyo y educación de excelencia para que siga siendo un bien de la comunidad.
* Presidente del Consejo Social de la UNDAV y autor del libro Universidad Nacional de Avellaneda.
Abril 2020 | Edición #83