Hacia el 70° aniversario de la gratuidad universitaria
Cuarta entrega
La eliminación de los aranceles universitarios en 1949 cambió para siempre el rumbo del sistema educativo argentino y construyó las bases para el desarrollo nacional.

Por Dra. Ana Laura Ruggiero | Secretaria General de ANDUNA
En el año 1949, en el marco de un importante proceso de justicia social, de promoción de los derechos sociales y laborales que marcaron de manera favorable y determinante la historia de la clase trabajadora argentina, el presidente Juan Domingo Perón, a través del Decreto 29.337, eliminó los aranceles universitarios.
Esta medida cambió para siempre el rumbo del sistema universitario argentino, estableciendo la gratuidad de la enseñanza superior. Desde entonces, los/as trabajadores/as y los sectores sociales de menos ingresos pudieron acceder a las universidades públicas, construyendo las bases para el ascenso social como fruto digno del esfuerzo de toda la población argentina, especialmente los sectores más humildes.
El espíritu y el carácter de este acontecimiento no deben perderse de vista jamás y necesitan ser revisados y actualizados periódicamente para que se mantengan en la memoria viva de la sociedad. La educación no es un gasto, sino un derecho que el Estado debe garantizar. En esta línea -tanto en la CRES 2008 y en la última realizada durante 2018, en Córdoba- se ratificó a la “Educación Superior como un Derecho Humano Universal y, por ende, un deber indelegable del Estado”, cuestión no menor en épocas donde el neoliberalismo quiere volver a instaurar el concepto de educación como algo transable, es decir, un servicio y un gasto público, y no un derecho y una inversión a futuro.
En este sentido, es importante recordar la Reforma Universitaria -cuyo centenario fue el año pasado- y la importancia de los hechos, luchas y conquistas que forjaron el actual sistema universitario argentino.
Las y los trabajadores Nodocentes fuimos no sólo partícipes sino actores de muchas de esas conquistas, pero en pocas oportunidades -por no decir casi en ninguna- fuimos visibilizados. Y, si hablamos de trabajadores/as y de una universidad democrática, estas cuestiones hay que empezar a nombrarlas y a visualizarlas.
En esa línea, es necesario recordar que, si bien “la Reforma posibilitó a las universidades públicas algunas mejoras significativas como la autonomía, el cogobierno, el ingreso docente por concurso y la libertad de cátedra (…) tuvieron que transcurrir poco más de tres décadas para que se configuren otros rasgos distintivos del modelo universitario de nuestro país: la lucha de todo un pueblo para que los/as trabajadores/as pudieran acceder a la educación superior, pensada sólo hasta ese momento para una elite dirigente”.
Fue en 1949, a través del Decreto 29.337 del 22 de noviembre, que el entonces presidente Juan Domingo Perón, habilitó la gratuidad de la enseñanza universitaria. “Esto fue un hecho bisagra cuyas transformaciones estuvieron inscriptas en el proceso político que permitió no pocas conquistas a las clases populares, históricamente relegadas. Con la enseñanza universitaria gratuita los/as hijos/as de los/as trabajadores/as tuvieron la posibilidad de acceder a la cultura, a la educación superior y a la formación profesional universitaria”.

La gratuidad universitaria, junto al sistema de becas y el ingreso irrestricto (sancionado en 1953), posibilitaron que para el año 1955 se triplicara la cantidad de estudiantes universitarios, y que para el año 1956 la Argentina fuera el país con más estudiantes universitarios/as en toda América Latina. Fueron reformas de carácter obrero, popular y nacional que reconocieron el valor fundamental de la universidad como herramienta para el desarrollo nacional, la independencia económica y la justicia social.
No hay que olvidar -y hay que dejarlo escrito en la memoria del pueblo, más nosotros como trabajadores y trabajadoras Nodocentes- quiénes fueron los actores históricos que otorgaron derechos a los/as trabajadores/as, así como la creación de las Universidades del Bicentenario. Siempre digo que las universidades del conurbano no sólo se llenaron de estudiantes sino de trabajadores/as. Porque fue una ampliación de derechos para aquellos/as que aún quedaban excluidos/as a pesar de la gratuidad y, para esto, es necesario que volvamos siempre a generar políticas públicas para hacer efectivos derechos como éste.
En el marco de esta importante fecha, como trabajadores/as Nodocentes, reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando en defensa de la universidad pública, gratuita, inclusiva, feminista y de calidad y al servicio de los pueblos. Recordando por qué hacemos lo que hacemos cada día y las banderas de quienes nos precedieron en este camino de luchas y conquistas, y teniendo la tranquilidad de que podemos mirarnos a los ojos con cada compañero y compañera y darle la seguridad de que luchamos a la par y siempre por la concreción de los objetivos colectivos.
Abril 2019 | Edición #73