Imaginario social en torno a nuestra Independencia

¿Qué es la independencia para nosotros hoy? Al momento de reflexionar sobre ello, resulta clave entenderla como un proceso histórico y una construcción colectiva. La Lic. Diana Hamra nos invita así a cuestionar la idea que circula en el imaginario social y que se recita de memoria.

Por Lic. Diana Hamra | Directora del Ciclo de Complementación Curricular para la Licenciatura en Historia UNDAV.

La efeméride de la Independencia evoca la casita de Tucumán. La escuela se transformó en el vehículo para crear y fortalecer el vínculo “patria-formación ciudadana”. Las efemérides marcarán, entonces, los hitos que dan cuenta de la génesis de esa construcción histórica, eso explica su selección y ordenamiento cronológico. La pregunta es ¿qué imaginario social genera esa forma de construir y transmitir la historia? Analizaremos algunos aspectos: Los acontecimientos que Mitre seleccionó le permitieron construir hacia fines del siglo XIX, la visión de un pasado común para “argentinizar al conjunto de la población y educar en el comportamiento social adecuado”. Rosas en 1835 consideraba que el 9 de Julio de 1816 debía celebrarse como el 25 de mayo. Pero Mitre siguió la línea porteña de Rivadavia que, en 1826, asignó preponderancia al 25 de Mayo y consideró el inicio de la independencia.

En los libros de texto, páginas web y en las celebraciones escolares, la Independencia pasa desapercibida. Se la aborda como acontecimiento de un día y, en el mejor de los casos, se representan cronológicamente en una línea de tiempo sucesos específicos que deben entenderse vinculados al 9 de julio de 1816. Se rompe así la idea de que la Independencia es un proceso histórico. Ésta se construye colectivamente; tuvo momentos de mayor y menor concreción y debe ser refrendada y sostenida por las sucesivas generaciones.

La idea de independencia que circula en el imaginario social y que se recita de memoria es que nos liberamos del reino de España y de toda otra dominación extranjera. El ser independiente se halla cristalizado en el acto declarativo del 9 de julio de 1816 sin advertir que el concepto independencia adquirirá significados distintos en consonancia con el contexto histórico y con el proyecto de país que encarnen los diversos gobiernos y grupos socio-económicos que los sostienen. Así, ser independientes, ser patriotas, ser pueblo durante la etapa de la llamada generación del `80 se vinculaba a que la élite gobernante tuviera la libertad de decidir la forma de inserción de la Argentina al mercado mundial, apuntar a la modernización y al progreso copiando-instalando modelos europeos, logrando que la civilización venciera a la barbarie. Sin embargo, durante el primer peronismo se reconocía y valoraba la independencia política sancionada en 1816, a la que las fuerzas populares y trabajadoras y el gobierno argentino completaban con la emancipación económica de los poderes capitalistas foráneos que han ejercido su tutela, control y dominio, bajo las formas hegemónicas económicas condenables y de los que en el país pudieran estar a ellos vinculados.

Los procesos sociales, como la declaración de la independencia, deben ser entendidos en el marco de los acontecimientos que se estaban produciendo en Europa, y en América. Las contradicciones existentes entre el poder económico alcanzado por la burguesía criolla y el poder político-administrativo sostenido monopólicamente por los peninsulares que generaron tensiones sociales entre peninsulares y criollos y entre éstos y otros grupos étnicos y sociales; la idea de libertad y de progreso humano; la concepción de la soberanía del pueblo y la decisión de la ruptura con el pasado tradicional monárquico y aristocrático de la sociedad fue compartida por grupos sociales en todas las colonias españolas.

Todo pueblo busca respuestas a la pregunta de sus orígenes para la comprender el presente-futuro. Van aquí algunos interrogantes con la intención de promover algunas reflexiones: -¿Cómo contribuir a la construcción de imaginarios sociales que provean a la ciudadanía de identidad en un pasado común, pero no pierdan la vinculación con el presente y el futuro, que tomen la idea de la construcción colectiva del proceso histórico del cual somos producto?

-¿Cómo reconocer a protagonistas dejados fuera del panteón de los héroes, como Artigas, Güemes y tantos anónimos?

-¿Cómo valorar en la actualidad la independencia en un mundo donde las relaciones con otros estados se multiplican y las soberanías se acortan, por ejemplo mediante la vigencia e imperatividad de los Tratados Bilaterales de Inversión y su instrumento de ejecución dominante, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, donde organismos supranacionales atentan contra la institucionalidad democrática que suponen defender?

-¿De qué manera recuperar nuestra soberanía en un mundo que aún no reconoce derechos territoriales del Tercer Mundo?

-¿De qué manera resguardar nuestra soberanía en una Nuestramérica acechada por los golpes de Estado suaves y por leyes de extraterritorialidad que brindan la posibilidad de intervención extranjera?

-¿Estamos dispuestos a contribuir al sostenimiento y ampliación de la Independencia? ¿Qué legaremos a las generaciones venideras?

Para intercambiar, debatir ideas y promover acciones en torno a estos interrogantes, sería interesante y creo, necesario, que nos juntáramos para evaluar la pregunta central ¿qué es la independencia para nosotros hoy?.