Dr. Guillermo R. Tamarit
con información dialogó con el nuevo presidente del Consejo Interuniversitario Nacional, quien elogió la gestión del Ing. Jorge Calzoni y aseguró que el CIN “es un ejemplo de tolerancia y consenso a partir de los disensos”.

Por Diego Orcoyen. Miembro del equipo de la Dirección de Prensa.
El rector de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (UNNOBA), Dr. Guillermo R. Tamarit, escogido por sus pares como el nuevo presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) en el marco del 75º Plenario de Rectores de dicho organismo, hizo referencia a los principales desafíos que vislumbra para su gestión y destacó la calidad del sistema universitario argentino.
¿Cuáles son sus expectativas de cara a este nuevo desafío que tiene entre manos como presidente del Consejo Interuniversitario Nacional?
Continuaremos llevando a cabo las tareas del CIN, que es un organismo que hace más de 30 años funciona por el consenso de todas las universidades que la componen y que este último año ha tenido una tarea intensa en manos de Jorge Calzoni. Pensamos profundizar todas estas políticas que hemos trazado, es decir, seguir desarrollando el sistema de educación superior, que está planteado como una política de Estado y que puede tener diferencias, pero cuya línea está muy clara para todos. Frente a dificultades puntuales, por supuesto, tomaremos iniciativas para la atención tanto particular como del colectivo del sistema de educación superior. Pero, insisto, es sumarnos a una tarea que ya se viene desarrollando y muy bien.
En su breve discurso luego de haber sido designado por sus pares en este nuevo rol ha hecho particular hincapié en el concepto de “interés público” ¿A qué se debe ello?
He hecho hincapié en el interés público porque las universidades muchas veces aparecemos discutiendo el presupuesto o algunas particularidades y se pierde de vista que, en realidad, la tarea de las universidades derrama fuertemente no sólo en la actividad académica sino, fundamentalmente, en lo que hace a la ciencia, la técnica y la extensión. Y que todo esto, si no redunda en el interés público, no tiene ningún sentido. O sea, que no nos miren exclusivamente desde una parcialidad si no que, efectivamente, somos instituciones complejas que contribuimos fuertemente al desarrollo del conjunto de la sociedad. Esto sintetiza, de alguna manera, la expresión que utilicé.
¿Cómo evalúa las palabras del secretario de Políticas Universitarias Abog. Albor Cantard quien hizo hincapié en ciertas continuidades y discontinuidades respecto a lo que se venía haciendo?
Cada tiempo tiene distintas características y, por supuesto, al ser más de 50 instituciones, hay muy distintas visiones. Insisto en que el CIN es un ejemplo de tolerancia y consenso a partir de los disensos, desde estas miradas complejas y distintivas. Aún nuestras propias universidades son todas muy distintas en tamaño, en las regiones en las que desarrollan su actividad, en quienes las componen, etc. Por eso, sintetizar todo eso requiere grandes definiciones, pero sin perder de vista que hay que desarrollar las instituciones día a día. Tampoco puede ser un desiderátum genérico, si no que es como aquí se planteó. Hay problemas presupuestarios, de designaciones docentes, de salario docente, que es lo que viene. Por supuesto, hay que estar atrás de todo esto, que en definitiva son los grandes temas que también hacen a la realidad del sistema de educación superior.
¿Cuál cree que será el principal desafío de su gestión?
Para nosotros hay un momento de incertidumbre producto del cambio de gobierno y nuestro objetivo es despejar esa incertidumbre. Que todos volvamos a tener parámetros en lo presupuestario, en la consideración pública, en el diálogo con el gobierno nacional, que nos permitan claramente poder proyectar a mediano y largo plazo nuestras actividades.
¿Qué iniciativas piensan impulsar o apoyar en lo que refiere a los programas nacionales de becas?
Por supuesto que todo ello va a continuar. Se cumplió con la convocatoria del año pasado y ahora se inician las convocatorias para un nuevo año. También lo que nosotros pretendemos es que, además de planes nacionales, existan planes que atiendan las particularidades. Puedo nombrar a la gente del norte grande, en donde hay características que no siempre los sistemas de becas generales pueden tomar. Hay que continuar profundizando todo eso porque aún hay mucha gente que no llega a las universidades, y los sistemas de becas son una de las modalidades para que esto empiece a suceder.
¿La inclusión y la excelencia académica pueden ir de la mano?
No existe una contradicción entre inclusión y excelencia académica. El sistema universitario argentino es un modelo que no tiene discusión respecto a su calidad a lo largo de su historia y también ha sido la principal herramienta de movilidad social ascendente. Por lo tanto, como modelo, somos un testimonio de que tanto la inclusión como la excelencia van de la mano y que muchas veces se quieren discutir otras cosas. Creo que en el modelo argentino no es una discusión que se nos esté planteando.