Julieta Foglia, estudiante de la Licenciatura en Ciencias Ambientales, fue premiada en el X Congreso Argentino de Limnología.

Fiel a su pasión por las Ciencias Ambientales y la zoología, Julieta Foglia, estudiante de la Licenciatura en Ciencias Ambientales en la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), se presentó como participante en el X Congreso Argentino de Limnología, exhibió un póster dentro de la temática de biodiversidad y ambientes acuáticos y obtuvo el tercer puesto. Con Información dialogó con ella acerca de su experiencia en el certamen, su vocación y los aspectos positivos de la carrera que estudia.
- ¿Cómo fue tu participación en el X Congreso Argentino de Limnología? ¿Cómo te decidiste a participar del mismo?
Todo empezó haciendo una pasantía en el Laboratorio de Biodiversidad y Genética Ambiental o BIOGEA. Es un laboratorio que funciona en la Universidad Nacional de Avellaneda, en la sede de Piñeyro, donde trabajan varios de nuestros profes. Lía Ramos, investigadora en el laboratorio, nos motivó a Florencio Andechaga y a mí a presentar un trabajo propio. También se nos sumó Mercedes, que es recientemente egresada de la UNDAV, licenciada en Ciencias Ambientales; con lo cual entre las tres nos largamos, digamos, con ayuda de los profes, por supuesto, a realizar dos posters y para presentarlos.
- ¿En qué consiste tu trabajo "Efectos de la latitud sobre el tamaño corporal de Ischnura fluviatilis"?
Mi trabajo consistió en medir ciertas partes del cuerpo de 150 libélulas, todas de la misma especie, por supuesto, Ischnura fluviatilis, para compararlos entre ellos, comparar las medidas y ver si existen diferencias significativas en relación a la posición latitudinal donde se encuentra ese individuo medido. Esto se fundamenta, tiene un marco teórico dentro de la zoología, el estudio de los animales, donde se sabe que hay ciertos grupos de individuos que son sensibles a la temperatura promedio del lugar donde están. Entonces, una especie con una amplia distribución, como es Ischnura fluviatilis, podría presentar en promedio tamaños distintos si se ubican en una posición más austral, por ejemplo, sobre Buenos Aires, San Antonio de Areco, comparándolo con poblaciones que estén, por ejemplo, en Entre Ríos o en Misiones, porque la temperatura promedio varía.
Ahora, como esto es una primera aproximación, solo lo relacioné con la latitud. Entonces, lo que vi es que hay una diferencia. No es la diferencia que yo hubiera esperado. Esto lo hace más interesante porque ahora queda ampliar un poco más este estudio y no solo relacionar a la latitud, sino relacionar las diferencias que yo puedo observar en las medidas con distintas variables ambientales que varíen o no latitudinalmente.
- ¿Cómo fue el desarrollo del mismo en el laboratorio de la UNDAV? ¿Te sirvieron los conocimientos adquiridos en la carrera para la realización del trabajo?
Fue muy divertido porque sentía que eso era lo que a mí me gustaba hacer. Tuve que medir 150 bichos, 150 libélulas de la misma especie. Pero antes de eso tuve que ver cómo se manejaba la colección, aprender a buscar los individuos en esa colección, porque tienen muchísimos ejemplares de muchísimas especies, de un montón de lugares distintos. Tuve que aprender a identificar a esta especie Ischnura fluviatilis, que es muy parecida a otras especies, pero que no son lo mismo. Tuve que aprender a tomar las medidas; eso se hace con una lupa bastante potente, con distintas graduaciones.
Antes tuve que aprender bastante sobre la anatomía de estos animales. Y después lo que fue aprender a hacer el diseño del póster también. Para todo eso sí me sirvió muchísimo lo que fui aprendiendo en la carrera, y, además, conté con el acompañamiento de los profesores en el momento de realizar el trabajo. Esto no lo hago yo sola, surge siempre de un equipo de trabajo, donde las cosas se consultan, no es algo solitario. Hacer ciencia requiere trabajar en equipo, siempre.
- ¿Cómo nació tu vocación por las Ciencias Ambientales? ¿En qué área te gustaría desempeñarte una vez graduada?
A mí lo que más me llamó la atención para meterme en este ámbito es la zoología, el estudio de los animales. Y resulta que de chica miraba mucho Animal Planet. Me gustaban mucho los documentales de animales y había ciertos conductores que tenían mucho conocimiento sobre animales y me encantaba escucharlos. Me encantaba todo ese conocimiento, todo ese mundo.
Dije: “quiero estudiar zoología”. Después de mucho investigar, bueno, zoología se estudia en La Plata y estuve unos años en La Plata. Me pareció una hermosa universidad, pero bastante hostil si se quiere, uno requiere de muchísimas horas de cursada y de estudio que imposibilitan tener alguna otra actividad. Si uno tiene que trabajar o viajar muchas horas, se hace sumamente pesado y difícil, con lo cual terminé dejando La Plata y, después de unos años, me encontré con la UNDAV, que es una de las pocas universidades que tiene una carrera relacionada a las ciencias ambientales. Como no es una carrera clásica, digamos, no es tan habitual encontrarla en las universidades. En la Universidad Nacional de Avellaneda reencontré mi pasión por la zoología y por la investigación. Y a futuro lo que me gustaría es seguir haciendo investigación. La idea es recibirme y postularme para una beca doctoral y seguir mi formación con un doctorado en ciencias biológicas y seguir investigando, seguir haciendo ciencia.
Septiembre 2023 | Edición #116