Mirada internacional

Francia sigue revuelta
Foto ilustrativa

Por Pedro Brieger*

La revuelta contra el Gobierno de Emmanuel Macron se inscribe en una serie de revueltas cuya principal característica es la espontaneidad, la masividad y el rol secundario de los partidos políticos. Argentina 2001, España, Egipto, Túnez, Estados Unidos en 2011, Francia e Israel en 2023, para citar algunos casos, son ejemplos de movilizaciones masivas sin una conducción política clara. Desde ya que cada caso es diferente y en Francia se trata del rechazo a la reforma de pensiones impulsada por Macron que lleva la edad jubilatoria de los hombres de 62 a 64 años y un mínimo de 43 años de aportes.

A pesar de la dura represión, las movilizaciones espontáneas –llamadas «salvajes» por los medios de comunicación– continúan en numerosas ciudades con bloqueos a terminales de combustibles, cese de actividades, cierres de escuelas y universidades y marchas por las calles de París. Esta vez no son los estudiantes quienes lideran la protesta como en 1968. Por un lado, aparecen las centrales sindicales, y por el otro «La Francia Insumisa», un partido de izquierda liderado por Jean-Luc Mélenchon, que arañó el balotaje en abril del año pasado.

El argumento central de Macron para no ceder ante las protestas es que el Estado no cuenta con suficientes recursos para pagarles a todas las personas que se jubilan. Plata hay, la población lo sabe, y por eso siguen en las calles.

* Nota publicada en la revista Acción.



Mayo 2023 | Edición #113