Editorial
Manos a la obra

Por Ing. Jorge Calzoni | Rector de la Universidad Nacional de Avellaneda.

El comienzo de año conlleva —enhorabuena— un cierto aire de renovación, de cuaderno nuevo, de ilusiones que vuelven a desplegarse. Y el que juntos estamos empezando a transitar no es la excepción. Al compromiso de siempre, animado por nuestra convicción de contribuir a una educación superior en clave de inclusión, de calidad y de pertinencia, de integración territorial y visión estratégica, de vinculación nacional y nuestroamericana —para dar cuenta de las coordenadas generales de una universidad a la altura de las demandas del nuevo milenio— lo estimulan los desafíos que nos hemos trazado y que habremos de compartir en cada entrega de este espacio de conversación con nuestra comunidad.

Por ejemplo: el Polideportivo de la sede Piñeiro se colmó con estudiantes ingresantes en los turnos mañana y noche. Esa es una poderosa inyección energética para quienes integramos las Secretarías y los espacios de gestión de la UNDAV. ¿Cómo no sentirnos contagiados de la buena vibra (para citar lo que nos transmitían sus protagonistas) que se percibía en el inicio de la etapa diagnóstica?

Mientras recibimos a quienes animarán los años por venir, preparamos nuevas colaciones de grado para marzo y abril, y afrontamos la etapa final de la obra de ampliación de la sede Piñeiro que, confiamos, estará terminada en el primer cuatrimestre.

El Ministerio de Educación de la Nación, por su parte, lanzó el Programa de Becas Manuel Belgrano, cuya finalidad es promover el acceso, la permanencia y la finalización de estudios de grado y pregrado en ocho áreas estratégicas para el desarrollo económico y la igualdad social: Alimentos, Ambiente, Computación e Informática, Energía convencional y alternativa, Gas y petróleo, Logística y transporte, Minería y Ciencias básicas. Este año, además, se suma Filosofía como nueva sublínea estratégica, en la seguridad de que será útil en términos de servicio, hacia un país más justo y más federal. En nuestro caso particular, sumamos tres carreras a las vigentes.

Vaya también nuestro agradecimiento al Ministerio: estamos al día con los recursos destinados a sueldos docentes y no docentes y gastos de funcionamiento. Lo que debería ser normal necesita del reconocimiento; podemos dar fe de lo difícil que se torna la gestión cuando esto no ocurre.

Como es de público conocimiento, disponemos de los primeros datos del Censo Nacional 2022, con lo que pudimos saber que nuestro país tiene 46.044.703 habitantes, de los cuales 17.569.053 habitan la provincia de Buenos Aires. Solo este dato estimula ya reflexiones y análisis a los que deberemos abocarnos, con particular énfasis en la cantidad de estudiantes, instituciones educativas, docentes, trabajadores/as, aporte al PBI industrial, exportaciones, etc.

Me resulta inevitable, en cualquier caso, señalar que, conforme la información hasta ahora ofrecida, lo percibido por coparticipación está muy por debajo de lo aportado: tenemos allí un nudo crucial para la reflexión y el estudio minucioso. Es cierto que afrontamos un año que estará fuertemente condicionado por la cuestión electoral, lo que —paradójicamente— dificulta tratar temas estructurales. Sin embargo, es de una necesidad acuciante. Algunas de esas temáticas las venimos desarrollando en nuestros centros y observatorios, condensadas en el Instituto de Políticas Públicas, como los sistemas de representación política o aportes vinculados al Derecho, no solo como disciplina, sino como ejercicio ciudadano, o la economía para no economistas.

¿Acaso la inflación no es un severo problema estructural? Atravesó gobiernos de distinta procedencia y exige —cada vez más— un verdadero acuerdo nacional para enfrentarlo definitivamente. No hay tiempo para más especulaciones ni discusiones estériles, se requiere compromiso social y político y representantes a la altura de esta hora crucial.

Los/as universitarios/as, que tenemos la exigencia de contribuir al pensamiento crítico y al respeto por el debate, con consensos o disensos, necesitamos ser parte de la búsqueda del encuentro para ese acuerdo mínimo que permita superar estas problemáticas: son las que más lastiman las posibilidades de superación de una sociedad duramente castigada.

La universidad se hace preguntas. Es de la política que esperamos las respuestas que son necesarias. Nosotros y nosotras quienes conformamos esta comunidad universitaria también somos parte de la política como ciudadanos/as comprometidos/as con el presente, pasado y futuro de nuestra patria.

Así que, manos a la obra.

Marzo 2023 | Edición #111