Historias de Avellaneda
La antigua catedral
Foto ilustrativa

En 1857 la Municipalidad de Barracas al Sur resolvió la construcción del templo parroquial. El 1º de julio encomienda urgentemente al arquitecto Felipe Senillosa el proyecto, la dirección y el presupuesto de la obra. Pero Senillosa muere el 20 de abril de 1828. El vacío es cubierto por su colega Miguel Barabino, quien dirigió la obra sobre el proyecto de Senillosa.

La construcción se inició en octubre de 1858. No transcurrió mucho tiempo hasta que comenzaron a evidenciarse sus problemas estructurales. Las causas: el asentamiento de la construcción sobre el terreno y la calidad de los materiales empleados (una descripción de la obra menciona “un sólido edificio de paredes exteriores soldadas con argamasa de cal e interiores de barro”).

Con el cambio de siglo llegaron las primeras reformas: entre 1904 y 1913 se modificó el frente, se levaron las torres, se amplió la nave central, se erigió una nueva bóveda y se reconstruyeron el piso, la sacristía, el baptisterio y el despacho parroquial. Estudios posteriores demostraron que estas refacciones, en realidad, agravaron los problemas edilicios de la Iglesia parroquial.

Una inspección municipal al templo, realizada en 1966, detectó “señales que aconsejan la necesidad de cerrarlo”. El 11 de junio de 1967 se realizó la última misa. La demolición de la antigua catedral de Avellaneda comenzó el 9 de abril de 1971, y sus elementos religiosos fueron subastados públicamente.

Fuente: Diario La Ciudad Avellaneda.



Julio 2022 | Edición #105