La directora de la Licenciatura en Enfermería, Mg. Mariana Altuzarra, reivindica la importancia de una profesión que ha tenido y tiene gran protagonismo en el marco de la pandemia de COVID-19.

En los últimos tiempos, las enfermeras y los enfermeros han tenido y tienen un importante protagonismo en el marco de la pandemia de COVID-19. El reconocimiento de la sociedad a una profesión cada vez más demandada, ha sido notorio. En el marco del ciclo de entrevistas “Somos comunidad”, de la Dirección de Prensa y Comunicación Institucional, la directora de la Licenciatura en Enfermería de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), Mg. Mariana Altuzarra, asegura que “el desafío principal es desarrollar las habilidades desde todos los puntos de vista para cuidar de manera holística, con calidez humana a todas las personas”.
La Enfermería ha tenido y tiene un fuerte protagonismo en el marco de la pandemia de COVID-19 ¿Cómo han vivido y viven estos tiempos complejos los/as estudiantes y docentes de la carrera, muchos de ellos desempeñándose activamente en la lucha contra el virus?
La pandemia por COVID-19 mostró el alto grado de vulnerabilidad de los seres humanos, dejó claro la crisis sanitaria a nivel mundial, mostró también la falta de recursos tanto materiales como humanos. Los/as enfermeros/as, como también todo el personal de la salud, se encontró con algo desconocido, un virus que vino a traer angustia, dolor, tristeza, preocupación, incertidumbre, enojo. Momentos muy críticos vivieron las familias, en donde te ibas de tu casa sin saber con qué te encontrabas ni como volvías.
Despacio, aprendimos a vivir en confinamiento y a encontrar herramientas de escape que con el tiempo se volvieron verdaderas estrategias. En el ámbito de la educación los/as docentes y los/as estudiantes de la carrera de Licenciatura en Enfermería, nos encontramos un día con un desafío enorme: pasar de presentar una carrera con materias y contenidos totalmente presenciales, a mostrarlos en una pantalla; nos topamos con una virtualidad repentina y obligatoria. La universidad, en ese momento, tuvo una respuesta muy rápida. Aun con un impacto muy significativo en el área de Educación a Distancia, y junto con las áreas implicadas, fueron los que desarrollaron y pusieron en marcha las aulas virtuales para que pudiéramos continuar con el vínculo entre docentes y estudiantes.
¿Cómo fue el retorno a la presencialidad en la carrera y qué enseñanzas dejó la virtualidad?
El retorno fue un poco complejo, porque más allá de ir aumentando de a poco el aforo, a la vez tenemos aulas con muchos inscriptos, entonces buscar el equilibrio entre lo virtual, lo presencial y la esencia de la disciplina enfermera, que es el cuidar al otro, fue muy conversado. Creo que la educación virtual tiene mucho para recorrer en las diferentes carreras. Esta pandemia dejó entrever otras posibilidades de aprendizaje, otras herramientas, en donde educación y virtualidad pudieron complementarse.
¿Cuál es la impronta, el sello distintivo de la carrera de Enfermería de la Universidad Nacional de Avellaneda? ¿En qué aspectos de la profesión hace hincapié especialmente?
El sello distintivo de la carrera es brindar todos los recursos que tenemos al alcance para guiar al estudiante al camino de una enfermería centrada en el cuidado de las personas, familias y comunidades. Hago hincapié en la formación de enfermeras/os con las bases teóricas, sólidas y humanitarias, en donde se garanticen los derechos de las personas y de las/os profesionales, en donde se aplique “El Proceso de Atención de Enfermería” como herramienta indiscutible.
Desde hace algunos años existe una fuerte demanda de profesionales de la enfermería en la sociedad ¿Dicha tendencia se sostiene? ¿Cómo evalúan y trabajan el tema de las prácticas profesionales y las posibles salidas laborales para los futuros/as graduados/as?
Las/os enfermeras/os son uno de los recursos que más hacen falta en nuestro país. Según el Observatorio Federal de Recursos Humanos en Salud (Oferhus), dependiente de la Dirección Nacional de Talento Humano y Conocimiento del Ministerio de Salud de la Nación, en 2019 el 51,9% del personal eran técnicos en enfermería; el 31,9%, auxiliares y el 16,2%, licenciados. Claramente faltan egresados de la carrera y las estadísticas lo muestran; hay un número muy bajo de los mismos.
Si bien la Universidad tiene un amplio margen de lugares físicos para realizar las prácticas hospitalarias y comunitarias, es un trabajo continuo sostenerlos. Las/os docentes de las diferentes prácticas hacen una labor fundamental en el día a día, son las /os que están en el lugar con las/os estudiantes. Todavía hay mucho trabajo: no solo el de la universidad promoviendo la carrera, sino el importante rol del Estado de generar las políticas públicas acordes a los requerimientos y con la finalidad de que se encuentre entre las carreras universitarias más elegidas entre el alumnado.
¿Qué desafíos se le plantean a la profesión actualmente y cómo trabajan para afrontar los mismos desde la enseñanza y la formación de los/as futuros/as profesionales?
Vivimos en un mundo que está en cambio y desarrollo permanente. Algunos de los desafíos actuales son, por un lado, atraer a los jóvenes hacia la carrera, mostrarles lo hermosa que puede ser una profesión. Por otro lado, fortalecer el ámbito de la investigación, no sólo el rol docente como investigador sino también el de los estudiantes que, avanzados en la carrera, tienen que pensar sus trabajos de investigación –que sean innovadores y con alta relevancia disciplinar-. Seguir construyendo en las prácticas profesionalizantes el vínculo entre docente - estudiante - sujeto de cuidado. Pero el desafío principal es desarrollar las habilidades desde todos los puntos de vista para cuidar de manera holística, con calidez humana a todas las personas.

Junio 2022 | Edición #104