Convivir, vivir con/en la diversidad, recordarse en las propias identidades, memorar las otras, las diferentes, frente a este presente de conflictos geopolíticos, nos obliga a alejar la mirada y reflexionar.

Por Cátedra UNESCO UNDAV
Conmemorar, memorare, recordar. Desde el año 2000, a partir de una Resolución del Consejo Federal de Cultura y Educación, se celebra el 19 de abril como el Día de la Convivencia en la Diversidad Cultural con el objetivo de “afianzar el aprendizaje de la tolerancia, del respeto al otro y de la convivencia en la diversidad cultural como valores fundamentales de la vida democrática”.
La fecha, tal como lo establece la Resolución, es un homenaje a las víctimas del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial y en recuerdo del levantamiento del Ghetto de Varsovia, iniciado el 19 de abril de 1943 contra la política de deshumanización y exterminio del régimen nazi.
Recordar este acontecimiento como expresión de las formas de lucha y resistencia en la defensa de la libertad y la dignidad humanas, implica no sólo mantener viva la memoria de los horrores del racismo y la intolerancia, sino también reflexionar sobre un presente en que éstos, aún bajo otras formas y discursos, persisten como amenaza fortalecidos por el impacto de la pandemia COVID-19 a través de manifestaciones cimentadas en el odio como recurso de disputa frente al otro por oposición a toda confluencia posible de sociedades pluridiversas e inclusivas.
La Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), desde sus orígenes, se define en el respeto de las diferencias como dato significativo en la construcción de un espacio de formación que garantiza el diálogo intercultural y la solidaridad como elementos constitutivos de su fortaleza institucional.
Así su Estatuto consagra entre sus principios rectores “la más amplia pluralidad ideológica, política, cultural y religiosa, que garantice la libertad de expresión, los principios de respeto y aceptación mutua, y sustente la integración de todos sus miembros, sin discriminación de género, etnia, color, idioma, religión, condición social, nacionalidad o de cualquier otra índole” a la vez que “garantiza y promueve el respeto irrestricto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales”.
Desde la Cátedra UNESCO Diversidad Cultural, Creatividad y Políticas Culturales del Departamento de Cultura, Arte y Comunicación, retomamos los ejes fundacionales de la UNDAV e inscribimos nuestros objetivos en la “defensa de la diversidad cultural en tanto imperativo ético, inseparable del respeto de la dignidad de la persona humana y el compromiso con los derechos humanos y las libertades fundamentales”, de la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural. Reconocemos la diversidad cultural en tanto concepto enriquecedor en la conformación de sociedades democráticas e inclusivas y no muro de división, exclusión de identidades, prácticas y realidades culturales otras.
Convivir, vivir con/en la diversidad, recordarse en las propias identidades, memorar las otras, las diferentes, frente a este presente de conflictos geopolíticos, resurgimiento de expresiones de discriminación, xenofobia, racismo y elogio del odio, nos obliga a alejar la mirada y reflexionar sobre los riesgos que esta nueva guerra “cultural” impuesta desde la lógica del poder y la cultura hegemónica, portadora de desesperanza y angustia, ha instalado en el cotidiano.
Día de la convivencia en la diversidad cultural, día del compromiso en la solidaridad, empatía, acompañamiento, comprensión y respeto por el otro/a, diferente, distinto/a, diverso/a.
Día de profunda meditación sobre el sentido de ser y estar en este mundo, sobre la necesidad de desnaturalizar la violencia y el odio, recuperando ahora sí nuestra humana humanidad.
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Abril 2022 | Edición #102