La comunicación de la ciencia nos acompaña y ayuda a pensar y actuar, a ejercer derechos y responsabilidades en relación con qué mundo queremos y cómo podemos transformar las cosas que están funcionando mal.

Por Lic. Florencia Podestá
“La ciencia es colectiva, la cultura científica también”, explica María Eugenia Fazio, docente-investigadora de comunicación pública de la ciencia y la tecnología en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y doctorada en la Universidad de Oviedo (España) con una tesis titulada“Narratividad sobre nanociencias y nanotecnologías en diarios de España y Argentina”.
En esta entrevista, la Dra. Fazio, quien también fue parte de diversos equipos de investigación sobre estudios de ciencia, tecnología y sociedad, nos habla sobre la importancia que tiene la comunicación pública de la ciencia en la vida de los/as ciudadanos/as.
Florencia Podestá - ¿Cuál es la relevancia de la comunicación pública de la ciencia en la actualidad?
María Eugenia Fazio -La cultura “es la obra humana total”, la ciencia es una parte muy importante de la cultura, y la comunicación y la participación son las formas de alimetar la cultura científica y de construir sentidos en torno al conocimiento para poder usarlo, tanto en la vida cotidiana, como en el involucramiento en los grandes debates y desafíos de nuestra época: medidas sanitarias, decisiones vinculadas con la energía, los usos del suelo y de los bienes naturales. También metas vinculadas con la educación (un ejemplo, es la recientemente aprobada Ley de Educación Ambiental Integral), la alimentación, la desigualdad y la diversidad, entre muchos otros temas relevantes.
La comunicación de la ciencia cumple muchas funciones y tiene diversos objetivos (promover vocaciones; compartir una forma de pensar, mirar, explorar, comprender y tratar de entender el mundo; aumentar el apoyo público a proyectos nacionales basados en el conocimiento; brindar información útil para lograr una vida mejor; entretener y generar placer por conocer, entre otros). Pero hay una función más general, amplia y que, en ocasiones, incluye los objetivos mencionados, que es la de acompañarnos y ayudarnos a pensar y actuar, a ejercer derechos y responsabilidades, en relación con qué mundo queremos hacer y cómo podemos transformar las cosas que están funcionando muy mal en la realidad actual: cambio climático y desigualdades crueles son algunas de las más urgentes y dramáticas, aunque no las únicas.
FP - ¿Por qué creés que los/as investigadores/as deberían interesarse y practicar la divulgación del conocimiento científico que producen?
MEF -Creo que hace bastante que las y los investigadores se interesan por compartir el conocimiento que producen, especialmente, quienes se desempeñan en instituciones públicas y son muy conscientes de que su labor se sustenta en el esfuerzo y la inversión de toda la sociedad. Es una responsabilidad compartirlo y devolverlo de diferentes maneras, la comunicación pública es una de ellas.
Además, muchas y muchos concuerdan con el valor cultural y social que tiene el conocimiento para el desarrollo del país y reconocen que la comunciación es una herramienta central para hacerlo posible. En ocasiones, además, se vuelve indispensable para dialogar con audiencias específicas, como legisladores o patrocinadores.
FP - Contanos sobre el proyecto de cultura científica que nuclea a siete universidades del conurbano y del cual sos directora.
MEF -Saberes en Territorio es el primer proyecto nacional interuniversitario de cultura científica. Es un brote del valor por lo colectivo, del reconocimiento de que la gran parte del conocimiento científico soberano nace en las universidades públicas y de la necesidad de compartirlo para crecer como sociedad.
También es un proyecto que parte de la idea de que los desafíos para la cultura científica (como los que mencioné antes) son enormes y que para afrontarlos no alcanza con una o varias iniciativas, necesitamos un andamiaje sólido de muchas acciones que incluyan la capacitación, la investigación para entender y mejorar lo que hacemos en materia de cultura científica, y la puesta en marcha de iniciativas diversas, participativas y complementarias. Tenemos mucho para aprender unas de otras entre universidades y para construir mecanismos de tranformación de la realidad. La ciencia es colectiva, la cultura científica también.

Octubre 2021 | Edición #98