La historia detrás del “barbijo CONICET”

En el marco del ciclo “Esto no es cuento”, la Dra. Lucía Famá explicó cómo se llegó al desarrollo de las telas con propiedades fungicidas, bactericidas y viricidas.

Foto ilustrativa

Por Darío Kunik INMA - Departamento de Tecnología y Administración

La generación de soluciones a problemáticas de nuestra sociedad -tanto de la industria, la salud, ambientales, etcétera- es un camino tan necesario de recorrer como complejo. Se requiere que los problemas se formulen y transmitan al sistema de CyT y que éste los asimile de forma de poder trabajar en conjunto en posibles soluciones.

Una vez encontradas algunas opciones es necesario que puedan implementarse de acuerdo a los requerimientos de la situación real. De tener éxito, se requiere transformar ese desarrollo en un producto o servicio que pueda comercializarse de acuerdo a los estándares de cada actividad.

Si bien hay acuerdo generalizado en los beneficios para nuestro país de contar con industrias de base tecnológica que integren las distintas cadenas de valor de nuestra economía, la generación o incorporación de todos los actores necesarios plantea desafíos políticos y sociales importantes que no han sido resueltos aún. “Esto no es cuento” es un ciclo de charlas que tiene por objetivo contribuir con la difusión de proyectos de investigación y desarrollo inspirados en problemáticas de nuestro país, cubriendo varios de los aspectos mencionados.

En el primer encuentro, la Dra. Lucía Famá contó cómo se llegó al desarrollo de las telas con propiedades fungicidas, bactericidas y viricidas que permitieron la fabricación del popularmente conocido “Barbijo CONICET”, comercializado bajo la marca Atom Protect.

Estas telas cuentan con un sistema polimérico con componentes activos, como iones de plata y de cobre que logran desactivar al patógeno que provoca la COVID-19 en menos de 5 min y evitar el crecimiento de bacterias y hongos, permitiendo que el denominado “Barbijo CONICET” disminuya el riesgo de infección de una persona y la posibilidad de que ésta contagie a otra.

En este desarrollo trabajó un equipo de investigadores de varias instituciones como la UBA, la UNSAM y el CONICET en el marco de un convenio CONICET-Empresa con una PyMe del conurbano bonaerense.



Julio 2021 | Edición #95