Historias de Avellaneda

En 1947 había establecimientos industriales de distintos rubros, destacándose la rama de la alimentación, con 4 frigoríficos y 2 molinos harineros. Le seguía la industria metalúrgica, tornerías, grandes talleres de laminación y variedad de pequeños talleres.
Para 1960, debido a transformaciones de la estructura económica, las grandes industrias fueron desapareciendo y dieron lugar a la instalación de fábricas y talleres más pequeños, que son hoy los que sostienen la economía del partido junto al polo petroquímico.
El crecimiento urbano se fue produciendo sin distinción de áreas residenciales, industriales, comerciales o recreativas, que si bien denotan una comprensible ausencia de planificación diferenciada, para la época en que se construyó, le ha dado a la ciudad un perfil arquitectónico característico. Se pueden seguir apreciando, en una rara armonía, depósitos y talleres, algunos reciclados, locales comerciales, bancarios y públicos con clubes y estadios y antiguos frentes neo-renacentistas junto a chalets y elevadas torres de consorcios; que siguen trasformando la fisonomía urbana.
Fuente: Unión Industrial de Avellaneda.
Junio 2021 | Edición #94