Cuando los proyectos se hacen realidad

La primera arquitecta de la UNDAV, Denise Di Muccio, abordó en su trabajo final de carrera una necesidad real del Municipio de Florencio Varela: su escuela de arte. Luego de una intensa tarea, hoy existe gran interés por llevar la obra a cabo.

Foto ilustrativa

“Desde que era pequeña siempre me gustó dibujar y crear cosas”, dice Denise Di Muccio. Pasados los años, sería la arquitectura la que la cautivaría por completo, a punto tal que la define como una carrera “fascinante”. Tal vez sea esa pasión la que la llevó a convertirse en la primera arquitecta de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), hace apenas unos meses.

Como trabajo final, siguiendo la impronta del Departamento de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UNDAV y de la carrera de Arquitectura que propone a sus estudiantes abordar una necesidad real del sur del AMBA, Denise proyectó una nueva escuela en el Municipio de Florencio Varela: la Escuela de Arte República de Italia. Hoy, existe un gran interés por llevar el proyecto a la realidad.

La intención del mismo es crear un espacio arquitectónico que no sólo cumpla con las demandas de la escuela, sino también con la demanda social y cultural del barrio.

- ¿Cómo surgió la idea de realizar el proyecto? ¿Cómo fue que lo seleccionaron para llevarlo a la realidad y cómo será ese proceso?

- El proyecto final de carrera en Arquitectura se plantea desde la universidad en relación directa con algún municipio u organización social con la intención de que se desarrolle lo más real posible y con la posibilidad de que a futuro se materialice. De esta manera, desde el Departamento de Arquitectura, Diseño y Urbanismo se contactaron con el municipio y luego conmigo. Desde la Municipalidad de Florencio Varela nos informaron de la necesidad de una nueva escuela de arte, me indicaron el lote y algunas pautas a tener en cuenta (como por ejemplo m2 totales, áreas específicas, entre otras), y a partir de ahí comencé a desarrollar el proyecto.

A lo largo de los meses, además de contar con el acompañamiento de mis tutores, el Arq. Lucas Luna y el Arq. Jaime Sorín, y de los profesores que me asesoraron en el área de Instalaciones y Estructuras, Arq. Carla Garritano y Arq. Eduardo Hougassian respectivamente, también conté con el apoyo y seguimiento de los profesionales de la Secretaría de Obras y Servicios Públicos y Planificación Urbana de la Municipalidad de Florencio Varela. Es decir, durante todo el proceso estuvimos en comunicación. Una vez que el proyecto estaba en la etapa final, tuve una reunión vía Zoom con el intendente, mis tutores y la gente de la Secretaría. Allí mostré los avances del proyecto y el intendente se mostró interesado en poder llevarlo a la realidad.

- ¿En qué forma tu proyecto se relaciona con el barrio y cómo desearías que impacte en la comunidad?

- La Escuela de Arte República de Italia se relaciona de forma directa con el barrio. Mi punto de partida, a la hora de desarrollar el proyecto, fue el de otorgarle al barrio un espacio público que no sólo funcione con la escuela y su programa específico, sino también que sirva como lugar de encuentro para la comunidad.

Analicé el entorno inmediato, cómo se compone (viviendas, comercios, escuelas) y cómo se desarrolla en relación al resto del municipio (conectividad, accesos, etc.). De esta manera tuve una mejor comprensión del barrio y por eso me pareció fundamental que el alma del proyecto sea el espacio público en sí. Propuse una plaza central y el edificio se desarrolla alrededor de esta en forma de “C”, como si el edificio estuviese abrazando la plaza. Mi idea, al proponer un espacio público, es que la gente se apropie del mismo. Que realmente funcione con el barrio y la comunidad.

- ¿Qué sentís cómo primera egresada de la carrera y cómo surgió tu vocación por la Arquitectura? ¿Cuáles son los aspectos que más te apasionan de la profesión?

- Ser la primera arquitecta egresada realmente fue muy emocionante. La UNDAV me brindó una formación excelente, tuve la oportunidad de cursar materias con docentes excepcionales, que no sólo me transmitieron sus conocimientos sino también su amor y dedicación por la arquitectura. Desde que era pequeña siempre me gustó dibujar y crear cosas, por lo que supe que me dedicaría a alguna carrera relacionada al diseño. Al principio pensé en hacer un terciario de diseño de interiores, pero a la hora de elegir realmente qué haría luego de la secundaria, terminé optando por Arquitectura porque me pareció un programa más completo, donde no sólo abarca el diseño sino también cómo se llevará a cabo, y todo lo que implica hacer arquitectura.

Eso es lo que me atrapó, y que hoy en día me sigue pareciendo fascinante: las distintas etapas que conlleva la arquitectura. No sólo es hacer un “dibujito” sino que es mucho más profundo. Es pensar cómo se relacionan los espacios y las actividades que se desarrollarán ahí mismo, las distintas escalas que puede abarcar y, sobre todo, cómo la gente se apropiará y usará ese espacio.

- ¿Qué les dirías a quienes recién comienzan la carrera de Arquitectura en la UNDAV o a quienes están pensando en anotarse?

- Mi consejo para quienes recién comienzan la carrera es que tienen que disfrutarla día a día y aprovechar todo lo que ofrece cada materia para crecer tanto en lo personal, como en lo profesional. Y, al igual que en cualquier otra carrera, te tiene que gustar realmente lo que estás haciendo.



Junio 2021 | Edición #94