La Dra. Alejandra González repasa algunos de los aspectos centrales de Meditaciones sobre la tierra, último libro del equipo de investigaciones que lidera junto al Dr. Adrián Cangi.

Por Florencia Podestá*
De reciente aparición,Meditaciones sobre la tierra (Autonomía- Ediciones del Signo) es el último libro del equipo de investigaciones liderado por el Dr. Adrián Cangi y la Dra. Alejandra González. Con una prolífica producción, que comienza con la edición del libro Imágenes del Pueblo (Quadrata), Alejandra González repasa en esta entrevista algunos de los aspectos centrales de esta publicación.
- Florencia Podestá: ¿Por qué hablar de las Meditaciones sobre la tierra? ¿Qué reflexiones intentan plasmar en este libro?
- Alejandra González: Este libro es la materialización de una serie de investigaciones. Es un recorrido que se inicia con Meditaciones sobre el dolor. La palabra “meditaciones” tiene una larga tradición en la filosofía desde Descartes, en los inicios de la modernidad. Y en este trayecto se da cuenta de la tensión existente entre el mito y el concepto de tierra. Atravesando un existenciario donde se reúnen una serie de ensayos, poemas, tratados, ficciones, que conforman una biblioteca europea y nuestroamericana, se invita a una serie de autores a indagar sobre esta noción desde sus perspectivas.
Así, se fue recorriendo la relación de la tierra con los espectros, la memoria, la frontera, la imagen, los cuerpos y el lenguaje. Pero el origen de esta indagación es un poema perdido, quemado en el origen por Platón y por todo poeta que se hace filósofo. Porque, si hay un desvelamiento en esta trayectoria, es que no hay ninguna posibilidad de pensar sin las formas intensivas de una retórica que encuentre sus propias figuras del pensamiento. Por lo que la filosofía se convierte también en un género literario, en la vieja tradición ensayística que se inicia con Montaigne y que tiene una enorme tradición en el ensayo nuestroamericano.
Claramente emancipatorio, lo que se investiga es cómo la lengua se vincula con la verdad, cómo la roza en los diversos modos y cómo se aloja y desaloja en los diversos formatos y géneros. Finalmente, el poema es hallado -y esto aconteció realmente- cuando Liliana Ancalao, la poeta mapuche que participó de nuestras jornadas, nos regaló para principiar un nuevo tiempo ese bello escrito con el que cerramos el volumen.
Participan, además, profesores de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) como Ariel Pennisi y Florencia Podestá; invitados especialistas en sus temas, como Ana Camblong, Adrián Bertorello o María José Rossi; historiadoras, como Analía Bernardi; reconocidas militantes feministas indígenas, como Moira Millán, o del feminismo descolonial, como María Lugones. Y está bellamente ilustrado por Gabriel Glaiman, también profesor de la UNDAV y artista.
Y, finalmente, recogimos así en las meditaciones las huellas surgidas del trabajo de lectura, de docencia, de las conversaciones con estudiantes del grado y compañeros/as del posgrado, en el pensar errante de un camino que traza sus propias fronteras sin aceptar la territorialización compulsiva de las instituciones. Pensar contra el mito, como quiso la filosofía griega, y, por adoración a lo griego, como lo hizo buena parte de la filosofía moderna, es quemar otra vez los poemas antes de lanzarse a la reflexión sobre la ciudad de los hombres.
La “idea de tierra” implica dejar atrás la fabulación y, con ella, la memoria. La promesa del concepto nos lanza hacia el futuro, que la memoria como la madre de todas las musas, retarda con su trabajo de rememoración de los arcanos, las lenguas y los oficios. Si quisiéramos salir del tiempo y no traer ni ser llevados por su flujo, nos quedaría la experiencia de la tierra como la sensación última de nuestra pertenencia.
- FP: ¿Qué proyectos tienen a futuro y qué temáticas abordarán?
- AG: Nos encontramos con un recorrido donde se fue acentuando el análisis estético - político de las matrices perceptivas que permiten visualizar los diálogos, confrontaciones, debates o incorporaciones ciegas en el inconsciente estético y en las formas de construcción canónica.
El actual trabajo pretende religar los conceptos que fueron clarificándose a partir de los análisis de pueblo, imagen, analgesia, dolor, tierra, territorio y frontera, y desmontar el ocularcentrismo eurocéntrico. Así estamos investigando cómo se configura el análisis de la condición migrante de los pueblos en tránsito o nómades, no estatales, cuyo dolor no es representable en la constitución de territorios cartografiados por una juridicidad que sólo admite ciudadanos/consumidores del globo como mercado.
A partir de aquí, planteamos la posibilidad de profundizar la potencia del “nomadismo” y la riqueza de las migraciones contra las formas de gobernancia ligadas a las biopolíticas contemporáneas que, en sus operaciones de territorialización y desterritorialización de poblaciones, colocan en riesgo a la tierra en su valoración como fuente de materias primas o de energía, a partir de las tecnologías de explotación capitalista, a la vez que producen formas analgésicas de las subjetividades generadas en masa por el capitalismo del antropoceno o capitaloceno. Lo que queremos pensar, entonces, son los virajes desde las cartografías del poder a las geopolíticas sensibles de la tierra o a las cosmopolíticas críticas del antropoceno.
* Coordinadora del Programa de Popularización del Conocimiento y la Cultura Científica.

Marzo 2021 | Edición #91