Editorial
Un buen maestro hace del error una enseñanza.

Por Ing. Jorge Calzoni | Rector de la Universidad Nacional de Avellaneda

Buena parte del aprendizaje se basa en el error, es lo que permite comprender teorías y resolver problemas, es un aliado fundamental en la construcción del conocimiento. En su fantástico libro Diferencia y repetición, Gilles Deleuze nos interpela: “Y el error ¿no da muestras de tener él mismo la forma de un sentido común ya que es imposible que una sola facultad se equivoque, sino que para que el error se produzca se necesita que, por lo menos, dos facultades incurran en él debido a su mutua colaboración, al confundirse un objeto de una con otro restante? ¿Y qué es un error, sino siempre un falso reconocimiento? ¿Y de dónde proviene el error, sino de una falsa repartición de los elementos de la representación, de una falsa evaluación de la oposición, de la analogía, de la semejanza y de la identidad?. El error no es sino el revés de la ortodoxia racional, y hasta testimonia a favor de aquello de lo que se aporta, a favor de una rectitud, de una buena naturaleza y de una buena voluntad de quien se dice que se equivoca. Por lo tanto, el error rinde homenaje a la ‘verdad’ en la medida en que, no teniendo forma, da a lo falso la forma de lo verdadero”.

No se trata en esta columna de introducirnos en la filosofía. Desde Platón hasta aquí muchos autores trabajaron el concepto del error; en Física se trata de mediciones, hay un más o menos error en una determinación cuantitativa; lo mismo puede referirse a otras mediciones, como las encuestas de todo tipo que miden una muestra estadística y establecen un margen de error probable.

El error es parte de la vida. Creer que uno nunca se equivoca es una soberbia detestable, y también creer que nos equivocamos siempre es esclavizante; hay que tratar de sostener la autoestima alta pero también alta la humildad, pues una sin la otra nos convierte en soberbios.

Entonces, si es parte de la vida y ello es un aprendizaje, se trata finalmente de un hecho educativo. Adrián Paenza, en sus programas de TV sobre matemáticas es un ejemplo vívido de lo expuesto. Por ende, es importante desarrollar bien el concepto. Se aprende del error; hay que practicar ejercicios para incorporar la teoría. En la resolución de problemas se plantean escenarios posibles de solución y luego se debe fundamentar la respuesta e, incluso, puede haber más de una solución.

Ciertamente, hay diferencias entre los problemas cuantitativos o cualitativos, hay relatividades; pero un buen maestro hace del error una enseñanza. La construcción de un conocimiento no solo es para una disciplina sino también para la vida. Tal vez el peor error consista en no aprender de los mismos.

Noviembre 2017 | Edición #60