Accesibilidad
Estudiantes de Turismo vivieron una experiencia colectiva de aprendizaje e inclusión que los llevó a repensar ciertos conceptos establecidos.
Por Lic. Paula Lloyd y Prof. Mariana Sosa*
Si la experiencia (Larrosa: 2003) es lo que nos pasa y, tal como enfatiza el autor, suele resultar cada vez más rara; mucho más extraño es interrogarnos sobre aquello que creemos conocer.
Dicho vislumbre se percibe al cierre de cuatrimestre, donde algo nos sucedió como docentes. En esta cursada, se suspendieron algunos prejuicios y emergieron interrogantes infinitos. Por momentos, nos pareció quedar vulnerables ante nuestra identidad como profesionales: sí, todo eso y más ocurrió al momento de conocer a Fernanda, su presencia llegó a nosotros, modificándonos.
Fernanda es una estudiante de la carrera de Guía Universitario en Turismo de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV). Valiente, persevante, entusiasta. Atraviesa vicisitudes e incidencias como cualquier estudiante al momento de construir su trayectoria académica. Asimismo, la discapacidad visual no es una de ellas; sí, Fernanda es una persona ciega pero la ceguera no se presenta como oscuridad para su formación.
Con la claridad y la calidez que la caracterizan (siempre) nos puso en jaque desde el minuto cero al expresar: “Claro, una carrera basada en lo visual, es raro que la estudie una persona ciega, ¿no?”. Porque no estamos acostumbrados a pensar en otras formas de mirar, para narrativizar, para (re) habilitar.
Transitar este proceso con Fernanda fue un verdadero aprendizaje en movimiento y colectivo. A la luz de esta experiencia, creemos necesario reconocer una tensión epistémica en nuestra formación, la cual impulsa a cambiar las preguntas, porque nos faltan respuestas. Sentimos el compromiso – y deber- de encontrar palabras; por eso, entre muchas cosas, nos replanteamos nuestras estrategias de enseñanza. Además, consideramos necesario repensar la experiencia (y hasta nombrarla de otra forma) y por qué no, incluso el Turismo como disciplina, en general.
¿Por qué? En primer lugar y desde nuestra propuesta pedagógica, la noción de «guiado» es lo primero que entra en cuestión. Puesto que la definición tradicional del “guiar” hace referencia a ir delante mostrando el camino, conducir, dirigir a alguien, revelar los indicios y señales, cuidar, custodiar. Así, dicho concepto se transforma al concebir la tarea de guiar como la transmisión de sentidos y de significados, de todo aquello que represente simbólicamente una identidad. Vivimos con Fernanda un proceso de formación y transformación de la subjetividad, de los posicionamientos, de los sentidos comunes instalados, de eso que nos pasa en la relación con el otro.
* Las autoras se desempeñan, respectivamente, como tutora y docente del Departamento de Ambiente y Turismo.