El diseño, esa presencia “silenciosa” en nuestra vida

Desde las cosas más simples como un lápiz, hasta un auto o el tren pasaron por “sus manos”. ¿Cómo cambian nuestra cotidianeidad dichas innovaciones? El caso de Avellaneda como cuna de una reconocida industria diversificada.

Por DIS Lucrecia Piattelli | Directora | Diseño Industrial y Tecnicatura en Diseño de Marcas y Envases

El diseño tiene una fuerte presencia “silenciosa” en nuestra vida cotidiana, desde las cosas más simples como un lápiz hasta un auto o el tren, en su gran mayoría, desarrollos que pasaron por un proceso proyectual pensado desde el diseño. Hay diseños que se definen por su innovación –como el viejo encendedor Magiclik- y hay otros que lo hacen por su evolución a través de cambios sutiles que se van registrando a lo largo de la historia de los productos y de los aportes que van haciendo en ellos los diseñadores y fabricantes. Es ese, en general, el caso del inodoro, las herramientas, como por ejemplo el paso de la navaja a las máquinas de afeitar, definidas mucho más por los nuevos usos y la comunicación formal del producto que por su función de origen.

Avellaneda es cuna de una reconocida industria diversificada donde se fabrica buena parte de esta cultura material de las cosas para la vida: aquí están ancladas las gigantes como Ferrum FV (sanitarios y grifería) y la Siam (heladeras y línea blanca), la histórica y recuperada Cristalux (vajilla de vidrio), Pinturas Prestigio, Murvi (venecitas de vidrio para revestimiento, sólo hay cinco en el mundo), del papel higiénico o de los pañuelos de papel tissue como lo fue la Papelera del Plata o es hoy Campanita, de maquinaria gastronómica industrial como Metalúrgica Vazquez, cuyas máquinas producen empanadas a millones de argentinos y argentinas.

Este abanico material presenta con claridad que el diseño es un componente estratégico y activo de la producción industrial: aunque a veces intangible, genera un fuerte impacto en nuestras vidas, en los cambios de hábito y consumo. En ese sentido, en el año 2003 se creó el Plan Nacional de Diseño en el Ministerio de Industria de la Nación y entre sus herramientas estratégicas cuenta con la distinción del Sello Buen Diseño que premia el diseño en la producción nacional y difunde la disciplina entre consumidores, usuarios de productos e industriales. En el año 2011 nació la UNDAV y con ella nuevas carreras de Diseño.