Editorial
Estrategia para la enseñanza

Por Ing. Jorge Calzoni | Rector de la Universidad Nacional de Avellaneda

Durante la XIII Jornada Docente en la Universidad Nacional de Avellaneda se plantearon diferentes interrogantes, uno de ellos referido al comportamiento académico de los estudiantes respecto a la regularidad y al abandono total o parcial que debe ser evaluado constantemente. Asimismo, debatimos acerca de cuáles son las respuestas adecuadas frente a los nuevos fenómenos del mundo globalizado, que impactan especialmente en el ámbito universitario.

Peter Senge, un ingeniero californiano de 69 años considerado como uno de los pensadores más influyentes del mundo en el ámbito de la gestión empresarial, plantea cuáles deberían ser las principales transformaciones que debe afrontar la educación desde un eje interesante: “Nadie sabe a ciencia cierta cómo debería ser la escuela, de hecho no creo que haya un modelo único, pero sí un principio claro: adultos y niños aprendiendo a la vez”. La idea sostenida históricamente acerca de que los profesores tienen las respuestas y por eso lideran el aprendizaje, ya no sirve. Nadie sabe cómo se resolverán los problemas que nos afectan hoy, como por ejemplo el cambio climático. Los niños lo saben y por eso la escuela muchas veces no los motiva. El aprendizaje tradicional se centra en evitar cometer errores, pero la educación no es distinta a la vida misma: se aprende de los errores.

El conocimiento se construye en una espiral de aciertos y el saber se asienta en valores permanentes. Como en otras oportunidades he manifestado, el nuevo desafío que afronta la formación académica actual, tiene que ver con lo interdisciplinario y transdisciplinario, que van complejizando la problemática.

Por supuesto que para desarrollar este aprendizaje es imprescindible el rol docente, por lo metodológico, por lo disciplinar, por lo pedagógico, por lo didáctico; ningún cambio es posible sin los docentes. En este marco, también cabe decir que la incertidumbre debería estar en la resolución de los problemas académicos, no en el contexto laboral de los propios docentes.

Podemos idear muchas estrategias para la enseñanza, pero es bueno pensar que para los nuevos aprendizajes éstas no pasan solo por lo tecnológico. Si ese fuera el problema, se resolvería solo con recursos económicos.

El desafío es tener en cuenta que la enseñanza y el aprendizaje no se dan solo en el aula, sino en todos los ámbitos, en el laboral, en los hogares, en los espacios de socialización, en los medios de comunicación y, muy particularmente hoy, en las redes sociales -con la falta de rigurosidad respecto a la información que circula. Quizás fuera del aula estén los aprendizajes o “des-aprendizajes” más complejos, que muchas veces conspiran contra la propia escuela.

Creo en los valores de los docentes, en su compromiso, en su formación permanente. Ellos son los principales actores de la educación, solo con ellos y poniendo como centro del accionar a los educandos, es como lograremos sortear los desafíos que nos propone este nuevo tiempo educativo.