Un mensaje que trasciende épocas y naciones

Reflexiones de la secretaria General de ANDUNA, Dra. Ana Laura Ruggiero, quien prologó el libro Mi mensaje, que recopila los últimos discursos de Eva Perón.

Foto ilustrativa

Por Dra. Ana Laura Ruggiero | Secretaria General de la Asociación No Docente de la UNDAV (ANDUNA)

Mi mensaje es el último libro editado por la Editorial Punto de encuentro, de la colección Cabecita negra, que recopila los últimos discursos de Eva, y que tiene la particularidad de haber sido un texto ocultado por muchos años, e incluso cuestionada su veracidad por los enemigos del pueblo. Pero recuperado y resignificado por quienes levantamos la bandera del justicialismo.

Porque el mensaje de Eva es revolucionario. Trasciende épocas y naciones, y abre el camino a un nuevo sujeto político, invisibilizado, relegado a la vida en el hogar y a las tareas de cuidado; hace entrar con toda su fuerza irreverente a la política a los hogares, a las cocinas, a la vida familiar.

Eva piensa a las mujeres libres, organizadas y luchando, por eso les da voz, participación y derechos políticos, igualando en su condición civil a los hombres, en un claro ejemplo de lo que significa la justicia social para el peronismo. Pero incluso para Eva, esta lucha no fue fácil. Tuvo que enfrentar el machismo y la violencia no sólo de quienes se encontraban en las antípodas de su pensamiento, sino incluso entre los propios.

De ahí su importancia en la historia del feminismo, con la conformación del Partido Peronista Femenino, con su doble rol político y social, y fundamentalmente en la del sindicalismo, organizando a las mujeres trabajadoras, conjugando su condición de clase con su condición de mujer.

Y las mujeres sindicalistas tomamos esa posta, disputando espacios de igual a igual en nuestros lugares de trabajo, asumiendo responsabilidades políticas en las organizaciones que formamos parte, atravesando las dificultades que se presentan a nuestro paso, pero entendiendo que nosotras somos parte fundamental del mundo del trabajo, y por esa razón podemos y necesitamos conducirlo. Y también ampliarlo y transformarlo, ya que conocemos de primera mano sus demandas y necesidades de crecimiento, participación, representatividad e inclusión de voces que hasta ahora se encuentran silenciadas y poco a poco comienzan a formar parte del movimiento obrero organizado.

Sabemos que la tarea no es fácil, pero estamos dispuestas a llevarla adelante, unidas y organizadas, y hago propias las palabras de Delia Parodi cuando dice: “(...) represento a las mujeres argentinas que creen en Eva Perón porque saben que las grandes obras de la patria pueden ser también obra de mujeres”.

Agosto 2022 | Edición #106