A propósito de la celebración del Día Mundial del Ambiente, el 5 de junio, el Ing. Carlos Tagliero nos recuerda que la escasez de agua potable ya afecta a casi el 30% de la población mundial.

Por Ing. Carlos Tagliero*
Según datos de las Naciones Unidas y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la escasez de agua potable ya afecta a casi el 30% de la población mundial y se prevé que este porcentaje siga al alza por el crecimiento poblacional, las demandas de la agricultura y la industria y al empeoramiento de los impactos del cambio climático.
UNICEF ha denunciado recientemente que uno de cada cinco niños en el mundo vive sin acceso suficiente al agua, mientras la OCDE ha asegurado que “la pandemia ha amplificado la importancia del acceso al agua” para algo tan sencillo como lavarse las manos.
Para reconocer el significado que tiene el agua para el planeta, entender su valor y la manera de proteger mejor este recurso vital debemos comprender que de este líquido esencial dependen la vida y todas las actividades sociales y económicas y que, además, en el último año se ha revelado como un recurso imprescindible para proteger la salud humana.
Actos tan sencillos y cotidianos como lavarse las manos con agua y jabón se han revelado como arma imprescindible -y en ciertas regiones como única- para prevenir la propagación de la pandemia de COVID-19. Claro, excepto en aquellos lugares del planeta en los que, según un nuevo informe de UNICEF y la OMS, alrededor de 2.200 millones de personas no cuentan con servicios de agua potable gestionados de manera segura, 4.200 millones de personas no cuentan con servicios de saneamiento gestionados de manera segura y 3.000 millones carecen de instalaciones básicas para el lavado de manos.
Se puede afirmar que “la pandemia de COVID-19 ha hecho aún más candentes las importantes disparidades entre los países del primer y el tercer mundo, entre las zonas urbanas y rurales, entre las sociedades ricas y las pobres”.
Si los países no redoblan sus esfuerzos globales en materia de agua potable, saneamiento e higiene, seguiremos sufriendo nuevas enfermedades y las ya conocidas como la diarrea, el cólera, la fiebre tifoidea, la hepatitis A y las enfermedades tropicales como el tracoma, los parásitos intestinales y la esquistosomiasis.
Según la OMS, por cada dólar invertido en agua y saneamiento se recuperan entre 3 y 34 dólares en costos de salud y en productividad económica incrementada. Garantizar el acceso agua y saneamiento es invertir en salud y garantizar un futuro con desarrollo equitativo y sustentable para toda la humanidad.
* Docente de la asignatura Tratamiento de Residuos Sólidos y Peligrosos – Licenciatura en Ciencias Ambientales | UNDAV.
Junio 2021 | Edición #94